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Es hora de cambiar

Escribe: Erhik Jimenez

Nuestro grandioso fútbol peruano cerró el telón de un año más, precisamente un año marcado por la disputa entre la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y ocho clubes (Alianza Lima, Universitario de Deportes, Deportivo Municipal, Melgar, Cusco FC, Cienciano, Sport Boys y Binacional), quienes en un principio se negaron a jugar hasta que la entidad decida retirar la medida cautelar que le interpuso al Consorcio Fútbol Perú, lo que motivó que la fecha 1 no se juegue. Posteriormente el Ministerio del Interior (Mininter) negó las garantías para el pleno desarrollo de la segunda jornada debido a las diversas protestas que se llevaban a cabo en varias regiones del país en rechazo a la presidenta de la República, Dina Boluarte, y al Congreso, lo que motivó la declaración del Estado de Emergencia. Todo esto hizo que recién en la tercera fecha, un viernes 3 de febrero con un Cusco FC vs Sport Huancayo, se diera el inicio de nuestro tan amado fútbol peruano.

Durante meses, los 19 clubes lucharon por alzar la tan ansiada copa de la Liga 1. Alianza Lima se proclamaría campeón del Apertura y tras una recta final reñida, Universitario de Deportes se haría con el Clausura, por lo que los dos equipos más grandes del Perú se disputarían el título de campeón. Todo a decidirse en 180 minutos, el Monumental sería el primer escenario en recibir este candente encuentro que se desarrolló el 4 de noviembre. Pese a un gran dominio del cuadro crema, el partido terminó en un empate a uno. El jueves 8 de noviembre Matute estaba preparado para convertirse en el lugar donde todo se definiría. Un gran marco de hinchas blanquiazules apoyaba fervientemente a su equipo que buscaba el tricampeonato, por otro lado, Universitario deseaba ponerle fin a una racha de 10 años sin campeonar. Nada más al iniciar Edison Flores enmudecía al coloso de la Victoria y a 10 minutos del final Horacio Calcaterra terminaba por derrumbar la esperanza de los aficionados locales con un soberbio gol. Y es ahí cuando una sucesión de acontecimientos lamentables empañó el bonito espectáculo que hasta ese momento se vivía. Una serie de bengalas eran lanzadas al campo de fuego, lo que provocó que el encuentro se interrumpiera, incluso hubo un momento en el que parecía que el árbitro designado, Edwin Ordoñez, suspendería el encuentro. Tuvo que intervenir el cuerpo policial para controlar ese imprevisto. Todo en orden hasta entonces, pero solo hasta entonces. Una vez finalizada el tiempo compensatorio, Ordoñez se lleva el silbato a la boca, este hace el sonido correspondiente y es cuando los dirigentes de Alianza Lima, quienes sin respetar la grandeza que el club se ha ganado a base de trabajo y esfuerzo decidieron manchar su nombre y tomaron la decisión de apagar las luces del estadio con el único fin de que su máximo rival no pueda celebrar y mucho menos dar la tan famosa vuelta olímpica.

“Grande se es en la victoria, pero sobretodo en la derrota”, era la frase más sonada durante esas horas entre los futboleros. Pues algo inusual había sucedido. Existen antecedentes internacionales, el Porto quien incluso mostrando solidaridad con el cuadro crema recordó lo que vivieron en 2011. Barcelona de Ecuador y el Galatasaray turco también padecieron acontecimientos similares. Nuestro fútbol estaba en boca de todo el mundo, pero no por algo a destacar, todo lo contrario, por hecho vergonzosos y que no le hace nada bien a nuestra cultura futbolera. Hasta ahí pareciera que no fuera tan grave lo que pasaba, pero esa nefasta decisión de los dirigentes puso en peligro no solo a su propia hinchada quienes se tuvieron que retirar a oscuras del estadio, también a los jugadores rivales, aunque llegado a este punto era lo que menos les importaba. Incluso con las luces apagadas se seguían arrojando bengalas al terreno de juego y adicional a eso, individuos invadieron al campo con el único objetivo de agredir a los futbolistas cremas. Finalmente se pudo apaciguar la situación y todo quedó en anécdota.

Para los hinchas de Alianza una muy mala anécdota claro está, no solo por la derrota ante el máximo rival, sino también porque conociendo a los peruanos los memes no pudieron faltar, pero lo que nadie esperaba era la reacción de diversos organismos quienes se sumaron a esta ola. Aprovechando la coyuntura, Osiptel, Osinergmin, ATU, Metropolitano, Sutran y los ministerios de Transportes y Comunicaciones y Energía y Minas a través de X mandaron mensajes de concientización tomando como referencia al apagón de Matute. El Congreso de la República también se sumó, pero tuvo que eliminar la publicación ante el rechazo de los internautas, queda claro que la aprobación a su labor política es nula. Llegados a este punto, no se sabe lo que en ese momento pasaba por la cabeza del que tomó la decisión de apagar la luces, pues claramente el club grone estaba siendo blanco de burlas. Dentro de la irracionalidad del hincha pasional a más no poder por su equipo, y sin ánimos de justificar, se puede entender que se meta al campo y tire bengalas, pero que un directivo el cual tiene que estar capacitado para afrontar cualquier situación por más desfavorable que sea, es inentendible. No solo es arruinarle la celebración a tu máximo rival, que dicho sea de paso se vio beneficiado económicamente con la venta de entradas al tener que celebrarlo en su estadio, sino que también es exponer al club a drásticas sanciones.

El Ministerio Público ya abrió una investigación para identificar a los responsables y sancionar económicamente a la institución. Durante el transcurso de esta semana se tendría que estar citando al administrador de Alianza Lima, José Sabogal, a los miembros del Fondo Blanquiazul, a la administración de Universitario, al comisario del partido y a los altos mandos de la Policía Nacional del Perú (PNP) encargados de brindar seguridad en el estadio. De acuerdo al abogado de la Agremiación de Futbolistas del Perú (SAFAP), Jhonny Baldovino, es muy posible que Alianza reciba sanción económica y futbolística. Dentro de los posibles castigos se encuentran, jugar todo el Apertura 2024 en una cancha neutral: el Estadio Nacional o Villa El Salvador son dos opciones. Una sanción económica no menor de 5 UIT: 25 mil soles por apagar las luces, además de que los auspiciadores de la Liga 1 puedan entablar una denuncia al no aparecer durante la premiación. El club publicó un comunicado con el objetivo de justificar la decisión, pero al leer los argumentos hubiera sido mejor que no se pronunciasen. Como se puede ver, el club podría meterse en semejante problemón, todo simple y únicamente porque el ego de un directivo era tan grande que decidió empañar el esfuerzo de dos equipos que llegaron a esa final y el de un cuadro que logró ganar. Perder duele, pero los verdaderos valores sales a relucir en el peor momento y la hinchada blanquiazul no merece ser presentada por ese tipo de dirigentes. Si de por si estamos lejos de poder presenciar un clásico con ambas aficiones, acciones como esta nos alejan más de volver a vivir algo así. Queda mucho trabajo por hacer.  

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